Un poco de historia.
Sucede a menudo que los momentos de inflexión en el devenir de la humanidad acaecen de forma inesperada y casual, y que grandes descubrimientos nos parecen casi revelaciones divinas por su origen accidental y anécdotico. En otras ocasiones, si bien nos parece que sucede así, la verdad es bien distinta. El origen aparentemente espontáneo del término "chulobueno" que desde aquí reivindicamos, no fue fruto del azar, sino de la conjunción de una prolongada y atenta observación de la realidad junto con la misma necesidad de existir. El mundo estaba lleno de cosas chulobuenas que reclamaban ser reconocidas como tales, mientras que la palabra esperaba latente una mínima rendija en la puerta del conocimiento para colarse por ella e iluminarnos con su luz. Todavía recuerdo como si fuera ayer el momento en el que la palabra fue pronunciada por primera vez. Reímos de gozo y lloramos de emoción pues por fin las cosas chulobuenas eran rescatadas del polvoriento desván de la vulgaridad.
La mecánica de las cosas.
Pues bien, esa misma necesidad de las cosas de ser llamadas por su nombre y ese espíritu atento para detectar los nichos desocupados de nuestro moribundo lenguaje se conjuntaron ayer de nuevo para identificar otras realidades sin nombre. Y si bien nos regocijamos de las cosas chulobuenas de la vida, bien hemos de admitir su reverso tenebroso, el lado oscuro de la fuerza que se esconde agazapado y acechante en lo que, a partir de ahora viene a llamarse "chungofeo". Lo chungofeo existe y nosotros, desde este portal, debemos dar cuenta de las cosas chungofeas de la vida para que la chungofealdad no quede sin denuncia.
Un mundo lleno de grises.
Y no hablamos de la serie "Cuéntame", aunque bien podríamos. Porque en el mundo no todo es blanco o negro, chulobueno o chungofeo, hay que reconocer la existencia de realidades que debido a su carencia total de gracia, chicha o llimonà, de tan inanes llegan a ser feososas. Lo feososo es tan real como las películas de Garci y por ello propongo su reconocimiento como tratamiento preventivo contra el tedio. Deseo que compartáis mi alegría y espero vuestros comentarios.
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1 comentario:
Pues parece que comentarios menos, ¿no?
El más y el menos, el ying y el yang, chulobueno y chungofeo, la eterna dualidad del universo, el ballet cósmico que sigue su curso. Buenas noches, soy Leonard Nimoy.
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